El Clan os da la bienvenida a este pequeño y perdido espacio, pero de poderosa fuerza centrípeta. Porque el Art Brut emociona, seduce, atrapa, hechiza, ilusiona, genera sensaciones contradictorias y, sobre todo, no deja indiferente.
Os aconsejamos, por este motivo, tomarlo en pequeñas dosis, pero de forma reiterada (así también nosotras tenemos más tiempo para actualizar periódicamente la página).
También os prevenimos de posibles efectos secundarios, tales como: episodios de locura transitorios, espasmos de ilusión, agudeza visual, desorden emocional y genera cierta dependencia.
Por supuesto, admitimos colaboraciones, ideas, sugerencias e intercambio de información.
Amaréis el Art Brut. No os preocupéis, no es peligroso.
(mar y el resto del clan)
Integrantes del Clan:
Mar Lozano. Padece un trastorno de identidad disociativo: cuando mar se esconde en la cueva, marlo hace acto de presencia, descalza y sin gafas, como un peatón del aire que viene del otro lado. Por eso los límites, las fronteras, los pasillos, las escaleras, los puentes, los túneles, y cualquier otro lugar que ponga en comunicación, son su espacio vital; deambular y vagabundear, su actividad principal.Mar encontró un pedacito de Art Brut en la cueva y se lo mostró a marlo. Marlo sonrió y se lo guardó en el bolsillo.
Gema Hernández. Paseanta boquiabierta. Ocupa su tiempo en moverse lentamente, deslizarse y trepar, arrastrando las puntas de los pies, hacia lugares encontrados. En su camino, acumula piezas inútiles con las que construye su caparazón. Uno de los trozos de su casa móvil es este fragmento de Art Brut que se apodera esporádicamente de ella. 